He sabido valorar el poder hablar, y creo que tengo claro que hablaré para decir cosas positivas, no sirve malgastar el poder hablar para soltar barbaridades y negatividades. Que al no poder hablar, no he tenido modo de crearme mala sangre, no hacía hablar a los de mi alrededor, no he oído cosas negativas, y tampoco las he alimentado.
Me he fijado, que si te relajas, si te tomas un tiempo para ti, y controlar los nervios, se hacen las cosas más sencillas, más rápido, y la gente de tu alrededor no se altera, y sirves como fuente de tranquilidad, frente a nerviosismo.
Era más sencillo dar una muestra de apoyo, ya que era el único modo de comunicarme.
Ha sido genial.
Kuwa na Furaha.
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