Seguía todo como antes, su respectivo sol, sus olas rompiendo en las rocas, el cerro y la silueta con la misma postura que hacía tiempo. Me eché el pelo hacía atrás, siendo consciente de que las vestimentas tampoco variaban. Toga blanca. Me senté, en el camino de piedras que conducía al cerro, en la posición de indio.
'Respira, cuando tengas algún problema, relájate y afrontalo. Cumple tus sueños y vence lo que se te interponga, eres fuerte para poder con ello. Recuerda que no se nos da nada que no podamos superar. Puedes ganar a tus problemas o solucionándolos, o pasando de éstos, ¿me entiendes?
Ánimo y para delante, eres fuerte.' - Me puso la mano en el hombro y se marchó.
- ¿Por qué no te quedas? - Le invité.
- Gracias. - Se sentó a mi lado colocándose las vestimentas, como yo, en posición de indio pero inclinado hacia atrás apoyándose sobre las manos. Era un chaval de pelo corto oscuro, rondaría los diecisiete o dieciocho años. - ¿Por qué temes tanto quedarte sola? - Añadió al cabo del tiempo.
- Siempre estuve acompañada, y protegida. - Desvié la mirada para mirarle por un segundo. Él no se inmutó. - Creo que todos tenemos la soledad. - Sentencié.
- Eso es porque no conoces tu fortaleza, aún así, poca gente es lo suficientemente fuerte como para estar solo. Tú, aun que mires y no veas, estarás acompañada. - Me giré hacia él, sonrió. Sin desviar los ojos del paisaje. Se levantó dándose la vuelta, se apoyó sobre mi hombro de nuevo. - Debo irme. - Se despidió.
Cuando se marchó, miré a mi alrededor, a la derecha y en la lejanía se desplegaba una playa de arena clara, y al lado contrario no se veía más que el cerro, para mi sorpresa, ahora sin nadie sentado en él. Busqué a ambos lados, por si pudiese ver quién era, pero no había nada, vacío. Solo yo, y el sonido de las olas.
Cuando se marchó, miré a mi alrededor, a la derecha y en la lejanía se desplegaba una playa de arena clara, y al lado contrario no se veía más que el cerro, para mi sorpresa, ahora sin nadie sentado en él. Busqué a ambos lados, por si pudiese ver quién era, pero no había nada, vacío. Solo yo, y el sonido de las olas.
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