lunes, 17 de junio de 2013

Mesa para uno.

«Estábamos todas. Reíamos, hablábamos, cantábamos, era fantástico. De esos días que no te llegas a imaginar que ocurrirían por que acabas de conocer a esa gente, pero no te importaría que se repitiese.
Por un momento, agaché la cabeza para coger oxígeno entre risas, y cuando la levanté toda la gente que antes estaban a mi alrededor sentados en esa mesa habían desaparecido.
Miré a ambos lados para entender la broma, el chiste, pero no les encontré.
Cuando volví la vista a la mesa, delante mía di con mi mejor amigo, la persona que era como mi hermano mayor, el hombre que sabía todas mis confidencias y nunca me ha dejado sola a pesar de todo. Estaba sentado recto, con los brazos apoyados en la mesa y las manos entrelazadas, me miraba serio pero sereno.
- Hola. - Me saludó mirándome a los ojos.
- Hola, ¿y los demás? - Le pregunté tratando de que no notara el nudo que contenía mi garganta y estaba cerca de hacerme llorar.
- Se han marchado. - Al oír esas palabras, apoyé mi cabeza en los brazos cruzados encima de la mesa, mirando al suelo, controlando la respiración buscando relajarme.
- Ah, si quieres tú también te puedes ir. - Le dije mientras recobraba la compostura, pero siendo incapaz de mirarle.
- A quien quieres, le esperas y estás a su lado. - Me consoló sonriendo y alargando el brazo para cogerme de la mano, buscando con sus ojos mi mirada, inundada en lágrimas.»


Cuando tuve este sueño no lo entendí, o mejor dicho, no lo quise entender. Acababa de comenzar una nueva etapa de mi vida, en un sitio nuevo, con gente por conocer. Muchos merecieron y merecen la pena conocer, por que buenas o malas, todas las personas te aportan algo. El problema viene cuando empiezan las promesas del tamaño de 'siempre' y los 'nunca' que últimamente están muy de moda. A día de hoy, me doy cuenta de lo que fueron para aquellas personas esas promesas, no digo que yo no las haga, que a día de hoy las sigo haciendo, pero también las sigo cumpliendo ya que, si no, pierden su 'título' de promesas.
Soy una persona que cree aún que se puede cumplir un 'Siempre' al lado de una persona y un 'Nunca te olvidaré', soy así de ingenua, quizás. Ambas promesas, son difíciles de cumplir, claro, hay impedimentos, problemas, dificultades, ¿no se suele decir que 'el que algo quiere, algo le cuesta'?, pues esto es así. Pero tenemos que encontrar la persona por la cual merezca la pena superar dichas dificultades y problemas, dar con aquella que seamos conscientes de que si te lo ha prometido lo va a cumplir.
Y sobretodo, no tratar de bajarle el cielo a quien lo espera sentado y piedra en mano para tirártela cuando te des la vuelta.

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