De aborrecerte, a adorarte. De odiarte, a amarte. De no querer nada contigo, a querer inventar un mundo a tu lado. De creer tenerlo todo, a darte cuenta de que te falta él.
Desde el primer momento me plantee acabar con ésto. Dejarlo atrás, o abandonarlo en un rincón para no luchar con ello. Al principio, no fue fácil, me costó muchísimo tiempo el volver a empezar de cero, levantarme y pensar en lo que iba a hacer durante el día, acostarme y querer soñar las mejores cosas y menos dañinas. Durante una temporada, lo logré, y volvió la autoestima, el cariño a mí misma, la alegría, y el vacío en la mente. Al tiempo, como por arte de magia, y diferentes circunstancias, reapareció la añorancia. Volvió el pensamiento de levantarme y acostarme, y el resto del día... Mi primer error, fue dejar que eso me afectara, que todo parara el rumbo tan bueno que llevaba. ¿Lo peor? Que parece ser que ese sentimiento ha venido por un tiempo largo.
Tengo claro que no me arrastraré, ya puede sufrir el corazón, que no lo hará el orgullo.
En fin.
(Día muy largo)
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