Mírame a los ojos cuando te miro, escucha mi voz cuando te hablo, cógeme la mano cuando te veo. Date cuenta, de que no soy capaz de mantenerte la mirada, que se me acaba y tambalea el hilo de voz cuando te hablo, que estoy helada y temblando. Qué no sé si es verdad, pero juraría que no te he sabido ni podido olvidar. Sigue clavado en mi tu olor, tu voz y tu tacto. Se podría decir que te sigo queriendo, sí, creo que se podría decir. Si no, no entiendo todo esto, y pido por favor, que alguien me lo explique.

Te quiero. Te echo de menos.
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